#LiteraturaACLL | El día que me enamoré de un libro

Hoy, 2 de abril, es el Día Internacional del libro Infantil, que se celebra desde el año 1965 en conmemoración del nacimiento del escritor Hans Christian Andersen.

En un día como este no puedo evitar acordarme de los libros favoritos de mi infancia. Entre ellos hay libros de 365 fábulas o 365 chistes, adivinanzas y trabalenguas... También tuve un libro de cartón donde los protagonistas eran los gatitos más bonitos que he visto en mi vida (y mirad que he llegado a vivir con más de 15 gatos en mi campo...). Aunque los libros que más desgasté fueron los de pictogramas: El fantasma Gedeón, La bruja Maruja y El dragón pastelero. ¡Lo que daría por volver a leerlos una vez más! Pero, sinceramente, me da reparo revolver el trastero por miedo a lo que me pueda encontrar...

Por suerte para mí, el libro que más me enganchó a la lectura y con el que descubrí cuál sería mi género literario predilecto lo tengo a mi lado. Todos los días lo miro y sonrío. Todos los días le doy  las gracias por haberse cruzado en mi camino aquel caluroso día de junio: el curso había acabado, había sacado buenas notas y mi madre siempre me daba un premio simbólico por ellas. Al entrar en una papelería (imagino que para comprar material para los deberes de verano), a la derecha, ahí estaba: mirándome con su portada verde, sus dos gemelas en el centro y una hadita revoloteando a su alrededor. Ya había elegido mi regalo.

Este libro fue un portal hacia un mundo donde me sentía a gusto, feliz y donde podía vivir mil aventuras. A él he vuelto siempre que la nostalgia o la necesidad de una aventura más se han apoderado de mí. No miento si digo que tengo miedo de releerlo una vez más por si las páginas terminan por despegarse de lo desgastadas que están. Pero sé que volveré hacerlo. Porque Fairy Oak es mi Hogwarts, es mi hogar (ojo,  que Hogwarts también es mi hogar, pero atravesé sus puertas por primera vez ya en la universidad y... en fin, no es lo mismo). Fariy Oak es mi refugio cuando algo va mal, es mi vía de escape, mi distracción y entretenimiento, mi salvavidas...
Fairy Oak representa para mí lo que creo que debe ser la literatura para todo el mundo: algo que te hace feliz.
Cuando leí Fairy Oak con diez años fui feliz. Lo sigo siendo cuando lo releo más de diez años después de la primera vez. Y soy feliz cada vez que un nuevo libro cae a mis manos. Durante todo este tiempo ha habido épocas en las que leía mucho y épocas en las que no tocaba un libro ni con un palo. Pero al final siempre regresaba a las páginas, pues una vez te dejas atrapar por la magia de los libros, ya no hay vuelta atrás, siempre te acompañarán. Por eso estoy tan orgullosa y agradecida a Fairy Oak, por ser el primer libro que elegí por mí misma, del cual me enamoré y con el que comenzaría una tradición lectora en mí que a día de hoy no ve el fin.
Y tú ¿qué libro consideras tu primer amor?
Un abrazo y felices lecturas didácticas :3

Comentarios

  1. Tiene una pinta estupenda y tomo nota de él. Yo en mi infancia tenía muchos libros por casa, pero pasaban de lo muy infantil a las novelas de Pearls Bucks de mi abuela, así que a los diez u once años no tenía mucho acceso a esta clase de lecturas tan molonas. Yo soy como diez años mayor que tú, Ana, y la LIJ entonces no molaba tanto o al menos no había tanta variedad ni tan accesible. Pero por suerte en aquellos años Carlos Ruiz Zafón publicaba "El Príncipe de la Niebla". Otro que no olvido (y que tengo que hacerme con él sí o sí) es "Aún quedan piratas en la Costa de la Muerte", de Consuelo Jiménez de Cisneros, que por supuesto te lo recomiendo. Gracias por el post y feliz Día Internacional del Libro Infantil :)

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    1. ¡Qué alegría tenerte por aquí, Minerva! Ojalá lo leas y te encante tanto como a mí :) Oye, la variedad es la sal de la vida así que lo que leíste en aquella época bien estuvo. Pero la verdad que actualmente los amantes de la literatura LIJ y la fantasía lo tenemos mucho más fácil que antes. Mira, se notan esos diez años en que yo leí "El Príncipe de la Niebla" ya en el instituto muchos años después de que se publicara por primera vez. Eso sí, fue una de las pocas lecturas que he releído años después y pienso volver a hacerlo el año que viene. En cuanto al libro de Consuelo Jiménez no me suena, pero me lo anoto ya para leer en Goodreads porque el título me encanta y más si es una recomendación tuya. ¡Muchísimas gracias por pasarte y compartir tu experiencia! Un abrazo enorme :3

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  2. "La máquina maravillosa" de Elvira Menéndez. Me abrió los ojos de par en par, me ilusionó, me hizo pasarlo un poco mal, me hizo reír... pero, sobre todo, me hizo vivir.

    Lo leí por primera vez en el colegio en una de esas lecturas obligatorias y, a pesar de tener que devolverlo a la biblioteca, nunca me olvidé de él. Unos 17-18 años después (siendo ya adulta y con muchas lecturas en mi cerebro), lo compré en la Feria del Libro de Madrid para tenerlo en mi biblioteca personal. Es la mejor compra de un libro que un he hecho nunca.

    ¡Un abrazo!

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    1. Ay, no conozco ni el título ni a la escritora y con todo lo que has dicho... ¡me siento culpable por ello! Lo buscaré e intentaré hacerme con él ^^ De verdad que me alegro mucho que en el colegio encontraras ese tesoro que, a día de hoy, te sigue ilusionando. Es una de las mejores sensaciones que existen. Y, además, me recuerdas a mí porque yo en el cole también leí un libro que me gustó mucho y que tuve que devolver, "Paula y el amuleto perdido" de Concha López Narváez y creo que fue por mi cumple de los 18 años que le pedí a mi madre que me lo regalara junto con otros dos libros de esa saga. ¡Me alegra no ser la única que ha hecho esto!

      Un gran abrazo :3

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